Imagínate estar en el Valle Sagrado de los Incas. Abres lo ojos luego de una noche reparadora en una cama maravillosa, un edredón te mantiene caliente pese a que fuera la temperatura es poco amigable. Solo puedes pensar en lo cómodas que son las almohadas que estás usando y dónde conseguirlas cuando tu viaje termine.
El olor a café que llega de fuera te hace saber que la mesa está servida para ti. Ya sabes que en ella tendrás variedades de panes, frutas, jugos y la opción de desayuno que elegiste con anticipación. El personal te espera listo para atender tus necesidades.
Luego de desayunar podrás darte una ducha caliente.
Te pones las pantuflas, la bata acolchada, dejas de lado la bolsa de agua caliente que dejaron dentro de tu cama la noche anterior para que no tengas ni la más remota posibilidad de pasar frío, y abres tu carpa.
Sí, leíste bien: una carpa.
La quebrada en la que acampas te da los buenos días. El río, caudaloso, que corre allá abajo refleja ambas laderas del Valle Sagrado. Si bien hace frío, el cielo celeste te avisa que pronto la temperatura empezará a subir.
Acampar así, con todas las comodidades y lujos que solo un buen hotel boutique puede ofrecerte es lo que ahora está de moda. Se llama glamping. Una mezcla entre los vocablos en inglés “glamorous” y “camping”, que se traduce como acampar con estilo.